Innovación
La Ciudad lanzó un proceso de planificación co-creativa -conocido como "re-urbanización participativa"- que tiene como objetivo asegurar que los residentes de estos barrios desatendidos se involucren en el esfuerzo colectivo para reintegrar a estas comunidades en el tejido social de la ciudad.
Grupos externos como Wingu, una empresa de tecnología cívica, y la Asociación Civil para la Igualdad y la Justicia, una organización sin fines de lucro, han proporcionado herramientas y asistencia técnica a través de un proyecto llamado Caminos de la Villa. La tecnología de Wingu ayudó a colocar estos asentamientos en un mapa por primera vez en su historia, creando un sentido de apropiación y pertenencia dentro de la comunidad, y permitiendo que el gobierno concibiera mejor las maneras de prestar servicios a las comunidades. Posteriormente, estos socios trabajaron con los residentes para solicitar información sobre presupuestos, servicios públicos y obras públicas, supervisar las obras públicas y presentar reclamaciones. Además de la colaboración con residentes y socios, otro ingrediente fundamental de este modelo es la presencia física del gobierno de la ciudad y las facilidades para acceder a el durante todo el proceso de reurbanización. Desde el comienzo del proceso de mapeo, hasta cada decisión sucesiva de planificación, los representantes de la ciudad "prácticamente han vivido en el barrio", hablando con todos los residentes y trabajando diligentemente para superar un enorme déficit de confianza inicial. Al ser visible y accesible para la comunidad, el gobierno demostró que estaba interesado en que el proceso fuera correcto y contribuyó a dar credibilidad y legitimidad al proceso de planificación participativa.
Desafío Democrático
Millones de personas viven en asentamientos informales que han sido excluidos de los mapas oficiales de las ciudades, lo que hace que estos barrios sean prácticamente invisibles e innavegables para los proveedores de servicios públicos, las ambulancias y las herramientas basadas en GPS, como Google Maps. El deseo de los gobiernos municipales de no "condonar" o "alentar" los asentamientos improvisados ha llevado a una falta de comunicación y compromiso con los residentes de estos asentamientos, lo que a su vez ha contribuido a la incapacidad del gobierno para evaluar adecuadamente las necesidades de estos residentes, proporcionar los recursos y servicios esenciales, e involucrar a estos ciudadanos en los procesos democráticos.
La alta concentración de pobreza extrema en Las Villas ha llevado a una infinidad de dificultades que se han agravado a lo largo de décadas, dejando a estas comunidades con un acceso limitado a los servicios públicos. La falta de canales de comunicación y participación ha contribuido a la incapacidad del gobierno para evaluar adecuadamente las necesidades de estos residentes, proporcionar los recursos esenciales e involucrar a estos ciudadanos en los procesos democráticos. En las grandes ciudades de todo el mundo, las barriadas son comunes y, en muchos casos, los desafíos a los que se enfrentan estas comunidades siguen patrones bien conocidos. Los ciclos generalizados de pobreza y delincuencia inhiben las oportunidades sociales y económicas y contribuyen al sentimiento de aislamiento y desconfianza de estas comunidades. Al carecer de conectividad y empoderamiento social, la influencia política de estas poblaciones disminuye a medida que se eleva su necesidad de ser representadas y de contar con servicios públicos. El estigma y las percepciones negativas entre la gran mayoría de la población contribuyen aún más a la desconexión de estos barrios de la estructura de su ciudad.
Queremos colocar estos barrios en los mapas con un propósito simbólico, pero sobre todo para que los vecinos se animen a dar visibilidad a sus problemas, a reclamar, a asumir que tienen los mismos derechos, queremos acabar con la segregación.
Sebastián Pilo, Co-Director of ACIJ
De manera acumulativa, los problemas ambientales y sociales en estos entornos contribuyen a una falta de compromiso y confianza que socava gravemente la capacidad de estos residentes para ejercer sus derechos en el marco de los procesos políticos y de gobernanza. Las escenas de marcada desigualdad no son infrecuentes en Buenos Aires, pero la situación ha adquirido un particular sentido de urgencia en Villa Lugano y otros barrios del sur, donde se concentran muchos de los residentes más pobres de la ciudad. Las tierras no urbanizadas de esta zona se fueron convirtiendo poco a poco en humildes asentamientos, o villas, por parte de los más desfavorecidos de la ciudad, muchos de ellos inmigrantes. Al igual que en otros lugares, los inmigrantes se enfrentan a barreras legales y sociales a la integración, como la falta de documentación adecuada, las barreras lingüísticas y la discriminación.
¿Cómo lo hicieron?
Buenos Aires está ayudando a que los residentes de La Villas salgan del olvido a través de una estrategia coordinada que combina presencia, planificación participativa, servicios municipales específicos e intervenciones de tecnología cívica. "Comenzamos enfocando esto como un proceso, no como un proyecto", explicó Martin Motta, quien dirige esta iniciativa en nombre de la Secretaría de Vivienda de la Ciudad. A través de las consultas, los residentes han tenido la oportunidad de expresar sus opiniones sobre la ubicación de las calles y aceras, así como sobre la introducción de otros servicios públicos. Motta insiste en que la consulta ha sido un principio rector en cada uno de los principales puntos de decisión, y que esto ha contribuido a un creciente sentido de confianza entre los residentes y el gobierno.
El proceso comenzó en 2013 con la intención de visibilizar y empoderar a las personas de bajos ingresos mostrando datos sobre sus vecindarios y ayudando a los residentes a ejercer sus derechos cívicos. El proyecto comenzó con el trazado de mapas de los vecindarios no mapeados, que se consideró un paso preliminar pero que se convirtió en un logro importante: la mayoría de las villas están ahora claramente demarcadas, los datos se han incorporado a los mapas oficiales y las autoridades de la ciudad se han comprometido a trazar mapas de las calles y los espacios públicos restantes que no están cubiertos por el proyecto. Esta parte del proceso fue desarrollada por el Fondo Acelerador de Innovaciones Cívicas, y fue una alianza entre el Instituto de Vivienda de la CABA y dos grupos externos: Asociación Civil para la Igualdad y la Justicia (ACIJ), una ONG que defiende los derechos de los grupos desfavorecidos y trabaja por el fortalecimiento de la democracia en Argentina, y Wingu, una ONG que busca optimizar el trabajo de las ONG latinoamericanas mediante el uso de tecnología y metodologías innovadoras. Mientras que la Asociación Civil para la Igualdad y la Justicia proporcionaba conocimientos temáticos sobre problemas sociales, Wingu proporcionaba la experiencia técnica.
Las ONG trataron de aprovechar la notoriedad del proceso de mapeo trabajando con los residentes para solicitar información sobre presupuestos, servicios públicos y obras públicas, supervisar las obras públicas y presentar reclamaciones. Mientras tanto, la Ciudad aprovechó el proceso participativo para comprometerse en un esfuerzo plurianual más ambicioso para "re-urbanizar" la Villa 20 e integrar el barrio al tejido social de Buenos Aires.
La Ciudad ha trabajado diligentemente para maximizar la participación y crear consenso en torno a un proceso sostenible y justo para abrir espacios para carreteras, mejorar la seguridad estructural de las viviendas en la zona y prevenir el hacinamiento, sin desplazar a las personas de su comunidad. Entre otros pasos, el proyecto requirió un cambio en las leyes de vivienda y zonificación que se aplicaban al vecindario, y la Ciudad tuvo cuidado de consultar minuciosamente a los residentes sobre el lenguaje de la política - redactando sección por sección con los vecinos - y finalmente trabajó con la ACIJ y los residentes para desarrollar 10 principios que podrían guiar el proceso de re-urbanización en cada etapa.
Es importante destacar que la Ciudad trabajó con los residentes desde el principio para asegurar que todos estuvieran de acuerdo en los pasos a seguir, como la votación por mayoría y la necesidad de llegar a un acuerdo. La confianza ha sido un ingrediente esencial de la iniciativa, particularmente dado el aislamiento que estos residentes han experimentado durante décadas. "En términos de confianza, empezamos con menos diez para llegar a cero", dice Motto. "Sólo entonces pudimos pasar a hablar de un proceso y finalmente de proyectos específicos."
Desde el comienzo del proceso de mapeo, hasta cada decisión sucesiva de planificación, los representantes de la ciudad "prácticamente han vivido en el vecindario", hablando con todos los residentes y trabajando diligentemente para superar la suspicacia y la desconfianza.
Al ser visible y accesible para la comunidad, el gobierno demostró que estaba interesado en que el proceso fuera correcto y contribuyó a dar credibilidad y legitimidad al proceso de planificación participativa. "No hay una fórmula fija", explicó Motta. "Cada esfuerzo particular requiere un proceso específico para tener éxito.... la adaptación y la flexibilidad son imprescindibles."
La esperanza es que el proceso de reurbanización de Villa 20 pueda servir como un ejemplo que pueda ser replicado en otras partes de la ciudad para promover una mejor integración. Según Fernando Straface, Secretario General de Buenos Aires, esto refleja la identidad de la Ciudad. "La integración social es un componente de Buenos Aires que siempre ha sobresalido", señaló. "Tradicional e históricamente, hemos sido conocidos por la diversidad de culturas y por estar integrados religiosa, social y socioeconómicamente - estamos muy orgullosos de seguir con esa tradición".
¿Cuál es el avance?
Desde la aprobación el año pasado de la ley que rige el proceso de reurbanización, la ciudad ha seguido trabajando cuadra por cuadra para hacer que la comunidad sea más habitable y esté más conectada. En consulta con los residentes, han priorizado las siguientes acciones en materia de vivienda:
- Reubicación de casas que obstruyen las vías;
- Mitigar los problemas de seguridad y las estructuras en riesgo de colapso;
- Eliminar la densidad para crear espacio para patios, paseos y actividades públicas;
- Abordar el problema del hacinamiento.
El hecho de que la comunidad acepte desde el principio un sistema de votación por mayoría ha dado sus frutos ya que el proyecto ha ido avanzando. De las 300 familias afectadas por las decisiones, sólo cuatro de los casos han sido impugnados.
Todos estos esfuerzos siguen en marcha, pero partes de la comunidad ya están empezando a verse y sentirse más como un vecindario. Tras el mapeo de cada sector de la zona, se proporcionó a los residentes una ilustración de sus villas por primera vez. "Es un momento muy conmovedor", dice Motta. "Hay un reconocimiento, estoy aquí, y tengo una situación, y un lugar."
La sola existencia de estas áreas en los mapas digitales ha sido un avance importante. Por ejemplo, se ha informado que la aparición de estos barrios en Street View de Google puede ayudar a exponer las dramáticas desigualdades a las que se enfrentan los residentes. Uno de los residentes que está participando en el proceso afirmó recientemente: "creemos que este es un primer gran paso para lograr esos derechos y convertirnos en verdaderos ciudadanos".
Mientras tanto, Motta y su equipo han estado documentando el desarrollo de los procesos y el éxito de su metodología a través de documentos escritos y un proyecto de video, que la Ciudad espera poner a disposición de quienes estén interesados.
Consideraciones
Los escépticos expresan su preocupación por el hecho de que prestar servicios e infraestructura a los asentamientos informales podría propiciar la expansión insostenible de estos asentamientos o la creación de nuevos asentamientos informales que no proporcionan un entorno seguro para los residentes. Las ciudades deben ser conscientes del equilibrio entre satisfacer las necesidades inmediatas y promover objetivos estratégicos a largo plazo con respecto al establecimiento de asentamientos informales.
Siempre que la tecnología sea un componente de las estrategias de reintegración, se deben tener en cuenta las disparidades en el acceso y el conocimiento de estas aplicaciones.
Si bien estos procesos pueden crear una infraestructura que conecte mejor estos asentamientos con la ciudad en general, las percepciones que se tienen de estos barrios pueden ser difíciles de disipar. Por lo tanto, es importante considerar también las oportunidades de conectar a residentes de otros barrios con estas comunidades recién reintegradas. En Buenos Aires, el gobierno espera que al reubicar las oficinas en estas áreas - y por lo tanto llevar a los trabajadores a los asentamientos - ayude a que un grupo de profesionales de la ciudad se entere de las mejoras que se están llevando a cabo en estas comunidades.
En muchos casos, la ausencia de una presencia gubernamental en estas comunidades puede haber conducido al desarrollo de estructuras de gobierno informales dentro de las comunidades. Las ciudades deben procurar equilibrar los intereses de colaboración e integración sin comprometer ni socavar la legitimidad de las instituciones democráticas de la ciudad.