Colaboración masiva para diseñar la constitución | Big Bold Cities

Colaboración masiva para diseñar la constitución

Nuevas vías para aumentar y profundizar la contribución del público

three colored squaresColaboración masiva para diseñar la constitución

Innovación    

En 2016, la Ciudad de México tuvo la oportunidad de redactar su primera constitución, una oportunidad para definir y reformar las estructuras sociales, políticas y económicas del área metropolitana más grande del hemisferio occidental. Ante la profunda desconfianza del público, la administración de la ciudad nombró un panel de redactores independientes y no partidistas y luego abrió canales para la participación del público. Primero se utilizó una herramienta de redacción colaborativa, luego se realizó una encuesta sobre la visión y, de manera más efectiva, una campaña de petición en Change.org que generó más de 350 propuestas firmadas por más de 277,000 usuarios. Doce propuestas superaron las 10,000 firmas (cuatro de las cuales superaron las 50,000) y el texto pertinente se incluyó en el proyecto de constitución.

Desafío Democrático

La verdadera apertura de los procesos de consulta pública plantea un reto importante: cómo solicitar, organizar e incorporar los aportes de miles de residentes. Y cuanto más exitosa sea la difusión y la participación, más difícil será la tarea. Los teléfonos inteligentes e Internet ahora ofrecen a las entidades públicas una amplia gama de herramientas para involucrar a los residentes (o más comúnmente, a sus intermediarios) y llegar a un consenso sobre las principales políticas. Sin embargo, todavía existen serias barreras a la participación, incluyendo la falta de tiempo, interfaces de usuario mal diseñadas y el escepticismo de que las contribuciones públicas no sean apreciadas. Y dentro del gobierno, es necesario crear nuevas competencias en torno a la sensibilización, el diseño de sistemas de consulta, el procesamiento de los aportes y el cierre del ciclo de retroalimentación.

¿Cómo lo hicieron?

La capital de México tiene cientos de años de antigüedad, pero sus estructuras de autogestión son bastante nuevas. No fue hasta 1997 que la ciudad logró tener un alcalde electo, obtener poderes locales limitados y una legislatura que pudiera promulgar leyes locales. Casi 20 años después, en enero de 2016, el Congreso nacional de México dio a la ciudad un gobierno local formal, aprobando una enmienda constitucional para otorgar más autonomía al distrito federal.

“En el proceso, fortalecimos todos los mecanismos de participación pública.”

Dr. Manuel Granados

Asesor Jurídico

La primera prioridad fue redactar una nueva constitución local. Pero la legitimidad política de este proceso ya estaba en duda, ya que la enmienda que otorgaba la autonomía local había sido negociada entre las élites de los partidos políticos con una participación ciudadana casi nula. Reconociendo este desafío, el alcalde Miguel Ángel Mancera nombró una comisión con 28 representantes locales. En particular, los miembros de la comisión no necesitaban pertenecer a un partido político. Fueron elegidos para intentar ofrecer una muestra representativa de la vida intelectual de la ciudad, en la que estuvieran representados historiadores, artistas, políticos, organizaciones de derechos humanos, deportistas, activistas y académicos, y con un equilibrio de género. Se les encomendó la tarea de diseñar un proceso de redacción de la Constitución y elaborar un primer borrador.

Mancera también instruyó a su asesor general para que desarrollara un mecanismo para solicitar opiniones e ideas de los residentes de la ciudad en general. Y así el personal comenzó a experimentar:

Experimento #1: Edición colaborativa

El primer intento de participación pública se materializó en una plataforma digital para el intercambio recíproco de información e ideas. (La oficina del Asesor General trabajó con el MIT Media Lab y con el “Laboratorio para la Ciudad” para adaptar una plataforma PubPub). Los 30 miembros oficiales del grupo de redacción de la Constitución podrían subir ensayos sobre diversas cuestiones constitucionales y el público podría hacer comentarios. Estos ensayos se convertirían entonces en elementos de la constitución, una especie de estrategia de documentos compartidos para la redacción de la constitución. Pero la plataforma no logró atraer a muchos participantes, ya que los ensayos tendían a ser complejos y esotéricos.

Experimento #2: Encuesta

Luego, la ciudad intentó mediante una encuesta de 15 preguntas llamada "Imagina tu Ciudad", en la que los residentes imaginaron su ciudad ideal e identificaron cualquier obstáculo que se interpusiera en el camino para hacerla realidad. Las respuestas podían presentarse en la plataforma virtual de la ciudad o en quioscos situados en zonas de alto tráfico. La encuesta recibió más de 31,600 respuestas.

Experimento #3: Petición en línea

La estrategia final para la participación pública fue un proyecto de crowdsourcing (colaboración masiva) junto con Change.org, la plataforma de petición en línea gratuita. El 'movimiento' de la Ciudad de México se titulaba "Voces Ciudadanas en la Constitución CDMX" e invitaba a los residentes a presentar y firmar propuestas para la constitución. Un mecanismo de incentivos recompensaba las propuestas más populares: cualquier idea que atrajera 5,000 firmas sería revisada y analizada por el personal técnico de la ciudad. Con 10,000 firmas, el autor presentaría su propuesta al comité de redacción. Y con 50,000 firmas, el autor se presentaba directamente al alcalde. (Cuatro propuestas alcanzaron este último umbral.)

Experimento #4: Eventos dirigidos por ciudadanos

La plataforma también incluía un calendario de eventos en el que los participantes podían preinscribirse y anunciar sus propios eventos, además de aprender sobre los hitos constitucionales y las oportunidades oficiales de participación. También podían compartir sus conclusiones después de un evento; éstas se entregaban semanalmente al Grupo de Redacción.

Como parte de sus esfuerzos de difusión, el gobierno de la ciudad envió representantes con dispositivos móviles por toda la ciudad para proporcionar acceso y recoger firmas directamente de los residentes. Los quioscos se instalaron en espacios públicos y estaciones de transporte con un alto volumen de tránsito y/o relevancia social. "La participación fue más relevante porque tenían diferentes puntos de referencia sociales en toda la ciudad", dijo el Dr. Manuel Granados, Asesor Jurídico.

¿Cuál es el avance?

El sitio Change.org de la ciudad atrajo a más de 277,000 firmantes particulares en más de 350 peticiones con propuestas específicas para la Constitución. (Sólo las peticiones recientes y aquellas marcadas como "ganadoras" se podían ver en el sitio al momento de la publicación.) El sitio pudo entrar en contacto con un gran grupo de usuarios políticamente comprometidos que indicaron áreas de interés particular, y también permitió diferentes niveles de interacción basados en el nivel de interés de cada uno. " Se generó una pirámide de participación que desencadenó un proceso de participación social con la ciudad, pero menos personas ahondaron", dijo Granados.

En mayo de 2016, la oficina del asesor jurídico transmitió en Periscopio una reunión entre representantes de la Alianza de Ciudadanos LGBTI y miembros del comité de redacción de la Constitución. Esta fue la primera reunión que se llevó a cabo en cumplimiento del compromiso de la ciudad de recompensar las peticiones exitosas de Change.org; la propuesta de la Alianza de reconocer y consagrar la igualdad de derechos para las personas LGBTI en la nueva constitución recibió más de 11,000 firmas. El proyecto de constitución incluía un lenguaje que protegía la orientación sexual, la identidad y la expresión de género de todas las personas, incluidas las de la comunidad LGBTI.

Una propuesta para extender la licencia de maternidad y paternidad obtuvo más de 15,000 firmas en Change.org, lo que hizo que se incluyera el texto de la propuesta en el proyecto de constitución presentado por el alcalde. Sin embargo, la Asamblea Constituyente eliminó el artículo en diciembre de 2016, argumentando que el tema era un "asunto federal". Los defensores de la propuesta pidieron a sus seguidores que expresaran su insatisfacción al Presidente de la Asamblea a través de las redes sociales.

La ciudad utilizó el proceso de redacción de la Constitución para atender y cimentar la participación pública en el ADN legal de la ciudad de cara al futuro, en lo relativo a los referendos, los plebiscitos, las consultas públicas y los conflictos de intereses. "En el proceso, fortalecimos todos los mecanismos de participación pública", dijo Granados.

Considerations

Evitar el partidismo

La decisión de afianzar el proceso de consulta en una comisión que representara a la mayoría de los residentes, en lugar de a los partidos políticos, fue sorprendente y generó confianza, recibiendo elogios incluso de opositores del gobierno. La presión ejercida por los grupos sociales también fue fundamental para el proceso, según la oficina del asesor jurídico general. "Si hubiéramos quebrado el eje ideológico de la ciudad, no habríamos tenido éxito", dijo Granados.

Propiedad

La decisión de utilizar un sitio de petición independiente representó una nueva estrategia “no intervencionista” para el gobierno de la ciudad. Las ventajas de este modelo incluyen que es un modelo probado y otorga acceso a una gran base de usuarios existente - siempre es más fácil conocer a las personas donde ellos están en lugar de atraerlos para que se unan a una nueva plataforma social. Sin embargo, esto también significa perder al menos cierto control sobre la interfaz de usuario, las funciones y la política de privacidad, y la propiedad privada de los datos públicos también puede suscitar preocupaciones sobre la transparencia y la retención de documentos.

Representación

A pesar del éxito de la iniciativa, el número de personas que participan en "Voces Ciudadanas en la Constitución CDMX" representa el 0.03 por ciento de la población oficial de la Ciudad de México (y sólo el 0.01 por ciento del área metropolitana). Además, no hay garantía de que todos los firmantes sean residentes de la Ciudad de México, lo que crea incertidumbre sobre cuáles son las propuestas que realmente representan los deseos de los residentes.

Punto de contacto innovación

Bernardo Rivera Muñozcano
Consejero del Asesor Jurídico

¿Quién más está intentando esto?

Santiago, Chile

La Universidad de Chile ha realizado una encuesta de opinión pública a gran escala para una nueva Constitución chilena. La investigación organizó y condensó las opiniones de los ciudadanos chilenos para ayudar a los funcionarios municipales a presentarse ante los gobiernos regionales y, eventualmente, ante el Congreso chileno. Para recabar la opinión del público, un consejo ciudadano independiente de 15 miembros facilitó la celebración de reuniones locales autoconvocadas y debates en Santiago y en todo Chile, en los que cada reunión local estuvo integrada por entre 10 y 30 personas. El gobierno esperaba tener un máximo de 3,000 de estas reuniones, pero se han realizado con éxito más de 8,000, con un total de 106,412 participantes. El consejo ciudadano analizó y plasmó los datos en un informe para el presidente y el Congreso de Chile.

Eindhoven, Países Bajos

En 2006, el gobierno de Eindhoven desarrolló un programa para la elaboración de políticas participativas en siete barrios diferentes. La gama de proyectos en los que los ciudadanos podían influir abarcaba desde la planificación del desarrollo hasta la mejora de la seguridad en la comunidad. Uno de los instrumentos que la ciudad utilizó fue un digipanel -un panel virtual de ciudadanos- para consultar regularmente al mismo grupo de personas sobre diversas cuestiones normativas. El panel incluyó a 3,200 participantes potenciales que representaban la demografía de la ciudad. A través del programa, los funcionarios municipales pudieron identificar temas de preocupación a gran escala, como la reconstrucción de la plaza principal de la ciudad y los centros comerciales vecinos. Aunque la participación ciudadana aumentó, los residentes siguieron desempeñando un papel limitado. Las organizaciones y entidades gubernamentales, como las asociaciones de vivienda, los servicios de bienestar social y la policía aún tienen más peso en la formulación de políticas.